El diverturismo es de condición masiva y se asocia a recursos turísticos ofrecidos tanto en espacios públicos como privados, con frecuencia bajo el formato de un parque y por ello traspasa las fronteras del atractivo, los límites del entretenimiento y lo recreativo y la propia planificación urbana se ve forzada a incorporar algunas de las soluciones urbanísticas...
El diverturismo es de condición masiva y se asocia a recursos turísticos ofrecidos tanto en espacios públicos como privados, con frecuencia bajo el formato de un parque y por ello traspasa las fronteras del atractivo, los límites del entretenimiento y lo recreativo y la propia planificación urbana se ve forzada a incorporar algunas de las soluciones urbanísticas que este modelo provee (Clavé, 2005). Si el modelo a implementar es el del turismo masivo, deberá brindarse especial atención a los temas urbanísticos, siendo el ordenamiento territorial el sustrato desde el cual se debe orientar el desarrollo. Sin embargo, no por sus características se debe estigmatizar. De hecho, su carácter masivo se debe a su doble condición: ser accesible y asequible; el primero alude a la facilidad del viaje y el segundo a sus bajos costos. Por ello, es el estilo de turismo preferido por millones de grupos familiares, de la tercera edad, de jóvenes y estudiantes, de personas con discapacidad, empresarios, etc. Es esa condición social la primera en empezar a justificar su denominación de diverturismo, en tanto que busca facilitar el derecho a la recreación que tienen las poblaciones de los países, generando dinámicas turísticas que por su costo resultan lo más incluyentes posible, incluidas aquellas formas de turismo que implica un proceso de colaboración entre los interesados para permitir a las personas con necesidades especiales de acceso (en distintas dimensiones, entre ellas las de movilidad, visión, audición y cognición) funcionar independientemente, con igualdad y dignidad, gracias a una oferta de productos, servicios y entornos de turismo diseñados de manera universal (Organización Mundial del Turismo (OMT), 2013). Pero lo que, si es cierto, es que, a través de los medios de comunicación masiva, la sociedad comunica sus imaginarios sociales, que no son más que representaciones de la historia y de los anhelos de colectivos específicos, que cohabitan en espacios comunes, principalmente, urbanos. Y esos imaginarios son la fuente de motivación, entre otras cosas, para seleccionar las opciones de ocupación del tiempo libre, determinante para el tipo de ocio preferido. Esas motivaciones son la fuente de inspiración de los creativos del entretenimiento, que plasman en los atractivos del Diverturismo los imaginarios sociales dominantes. En ese sentido, son los imaginarios sociales el recurso, ya no natural o cultural, sino social (o de cultura popular, no patrimonial), que es necesario validar como recurso turístico, para lo cual, la responsabilidad se delega básicamente en los estudios de mercado, sin olvidar la escala de valores y ética de la sociedad en su conjunto, que serían los tamices para determinar si son validados como recurso turístico..
Leer másEl destino turístico permite armonizar la gestión comercial con la gestión del recurso turístico, revelando así que el destino tiene dos componentes, uno de marketing y otro territorial; ambos son necesarios para garantizar que el encuentro entre la comunidad anfitriona y el turista responsable se desenvuelva en el marco del paradigma de la sustentabilidad.
Los ámbitos de gestión del recurso turístico y el de la actividad recreacional permiten, no sólo promover un modelo de gestión turística sustentable, también, configura la interfase del atractivo turístico, que surge de la indisoluble relación entre los dos anteriores; no será posible realizar desarrollos turísticos si no existen atractivos que la comunidad anfitriona convierta e los motivadores de los viajes del turista.
El territorio es más que un espacio físico, es un espacio cultural, donde la comunidad local se proyecta y se desenvuelve, apropiándolo para sí. El territorio debe ser ordenado para fines turísticos buscando armonizar el uso de ese espacio de manera que le permita a la comunidad continuar con la gobernanza y usufructo de este, al mismo tiempo que se cohabita temporalmente con los turistas.
La relación del Ámbito Fundacional del Turista Vivencial, con el Ámbito de la Gestión del Recurso Turístico, sugiere que turista seleccionará su destino de acuerdo con los recursos turísticos que se ofrezcan en este, pero seleccionando aquellos con los que genere empatía desde sus imaginarios. Cada turista es un sujeto que se desenvuelve en su cotidianeidad conforme a sus imaginarios, es decir, a su mentalidad, cosmovisión, conciencia colectiva e ideología, los cuales determinan sus preferencias a la hora de seleccionar los satisfactores de sus necesidades.
RECURSOS TURÍSTICOS
Son aquellos bienes naturales o culturales y bienes sociales que pueden ser objeto de uso o aprovechamiento sustentable mediante el desarrollo de actividades para el usufructo turístico.
USO SOSTENIBLE
Utilización de componentes de la diversidad biológica de un modo y a un ritmo que no ocasione la disminución a largo plazo de la diversidad biológica, con lo cual se mantienen las posibilidades de ésta de satisfacer las necesidades y las aspiraciones de las generaciones actuales y futuras.
Hay recursos turísticos que se basan en bienes naturales o culturales de un paisaje o territorio respectivamente, y se caracterizan por su autenticidad y singularidad, aportando identidad al destino.
Hay otros recursos turísticos que se desarrollan a partir de bienes sociales y responden a imaginarios sociales contemporáneos y posmodernos, basados en escalas de valores con arraigo urbano y son fruto de procesos creativos de ficción, alimentados por la comunicación social y las tendencias de vida.