Para que el patrimonio pueda ser puesto al servicio turístico, para su revalorización, es necesario adelantar un conjunto de acciones orientadas con el propósito de salvaguardarlas, y para ello se ha desarrollado el cuerpo conceptual y metodológico de la museología (ciencia que trata de los museos, su historia, su influencia en la sociedad, las técnicas de conse...
Para que el patrimonio pueda ser puesto al servicio turístico, para su revalorización, es necesario adelantar un conjunto de acciones orientadas con el propósito de salvaguardarlas, y para ello se ha desarrollado el cuerpo conceptual y metodológico de la museología (ciencia que trata de los museos, su historia, su influencia en la sociedad, las técnicas de conservación y catalogación.), que además está acompañada de la museografía (conjunto de técnicas y prácticas relativas al funcionamiento de un museo), la cual permite su puesta en escena para el disfrute del visitante. Son esta ciencia y su respectiva disciplina, las que permiten delinear un modelo de gestión específico para viabilizar el disfrute del patrimonio por parte del turista. Tal modelo, está enmarcado en una propuesta fundamentalmente educativa-recreativa y su proyección hacia el turista se da esencialmente a través de la “exhibición” de un conjunto de bienes de valor excepcional. Se encuadra dentro de esta definición a los institutos de preservación y galerías de exposición permanentes de bibliotecas y centros de documentación, sitios y monumentos y sitios arqueológicos, etnográficos y naturales, sitios y monumentos históricos que tengan naturaleza de museo que adquieran, conserven y comuniquen evidencia material de la gente y su ambiente; instituciones que tengan y muestren colecciones de especies vivas de plantas y animales, tales como zoológicos y jardines botánicos, acuarios y viveros; centros de ciencia y planetarios; galerías de arte no lucrativas; reservas naturales; (…) (Barreto, 2007)..
Leer másEl destino turístico permite armonizar la gestión comercial con la gestión del recurso turístico, revelando así que el destino tiene dos componentes, uno de marketing y otro territorial; ambos son necesarios para garantizar que el encuentro entre la comunidad anfitriona y el turista responsable se desenvuelva en el marco del paradigma de la sustentabilidad.
Los ámbitos de gestión del recurso turístico y el de la actividad recreacional permiten, no sólo promover un modelo de gestión turística sustentable, también, configura la interfase del atractivo turístico, que surge de la indisoluble relación entre los dos anteriores; no será posible realizar desarrollos turísticos si no existen atractivos que la comunidad anfitriona convierta e los motivadores de los viajes del turista.
El territorio es más que un espacio físico, es un espacio cultural, donde la comunidad local se proyecta y se desenvuelve, apropiándolo para sí. El territorio debe ser ordenado para fines turísticos buscando armonizar el uso de ese espacio de manera que le permita a la comunidad continuar con la gobernanza y usufructo de este, al mismo tiempo que se cohabita temporalmente con los turistas.
La relación del Ámbito Fundacional del Turista Vivencial, con el Ámbito de la Gestión del Recurso Turístico, sugiere que turista seleccionará su destino de acuerdo con los recursos turísticos que se ofrezcan en este, pero seleccionando aquellos con los que genere empatía desde sus imaginarios. Cada turista es un sujeto que se desenvuelve en su cotidianeidad conforme a sus imaginarios, es decir, a su mentalidad, cosmovisión, conciencia colectiva e ideología, los cuales determinan sus preferencias a la hora de seleccionar los satisfactores de sus necesidades.
RECURSOS TURÍSTICOS
Son aquellos bienes naturales o culturales y bienes sociales que pueden ser objeto de uso o aprovechamiento sustentable mediante el desarrollo de actividades para el usufructo turístico.
USO SOSTENIBLE
Utilización de componentes de la diversidad biológica de un modo y a un ritmo que no ocasione la disminución a largo plazo de la diversidad biológica, con lo cual se mantienen las posibilidades de ésta de satisfacer las necesidades y las aspiraciones de las generaciones actuales y futuras.
Hay recursos turísticos que se basan en bienes naturales o culturales de un paisaje o territorio respectivamente, y se caracterizan por su autenticidad y singularidad, aportando identidad al destino.
Hay otros recursos turísticos que se desarrollan a partir de bienes sociales y responden a imaginarios sociales contemporáneos y posmodernos, basados en escalas de valores con arraigo urbano y son fruto de procesos creativos de ficción, alimentados por la comunicación social y las tendencias de vida.